La neumonía constituye un proceso inflamatorio agudo del parénquima pulmonar, que afecta especialmente los alveolos y el intersticio, desencadenado primordialmente por la colonización y proliferación de un agente etiológico, sea bacteriano, viral, fúngico o parasitario. Fisiopatológicamente, la afección se caracteriza por el compromiso alveolar con exudado inflamatorio y fibrina, conduciendo al consolidado pulmonar y, consecuentemente, a un deterioro en el intercambio gaseoso (hipoxemia).
Clásicamente, se clasifica según el sitio de adquisición:
-Neumonía adquirida en la comunidad (NAC): El evento infeccioso se produce fuera del entorno hospitalario o en el área residencial del paciente.
-Neumonía nosocomial: Infección que se manifiesta 48 horas o más después de la admisión hospitalaria o en individuos con exposición reciente a centros de salud.

Cuadro Clínico y Presentación
Presentación clásica: fiebre alta, escalofríos, tos con esputo purulento o herrumbroso, dolor pleurítico y disnea.
Exploración física: taquipnea, taquicardia, matidez a la percusión y estertores crepitantes.
Forma atípica o en ancianos: síntomas leves o inespecíficos como debilidad, confusión o deterioro funcional, sin los signos respiratorios típicos.
Resumen: Estrategias Terapéuticas y Manejo Clínico
Objetivo: tratar la infección y mantener el soporte clínico.
Terapia de soporte: oxígeno, manejo de fallas orgánicas y ventilación (no invasiva o invasiva) si hay insuficiencia respiratoria.
Estratificación de riesgo: uso de escalas (CURB-65, PSI/PORT) para decidir si el paciente se trata en casa, hospital o UCI.
Terapia antimicrobiana empírica: iniciar pronto según tipo de neumonía y resistencias locales; se emplean betalactámicos, macrólidos, quinolonas o antibióticos de amplio espectro según el caso.

Reflexión sobre la Neumonía
La neumonía, más allá de su complejidad diagnóstica y terapéutica, es en gran medida prevenible. Las estrategias más efectivas incluyen:
Vacunación: antineumocócica y antigripal, especialmente en adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
Promoción de higiene: medidas de salud pública que reducen la transmisión y la mortalidad.
El verdadero avance en neumología radica en:
Vigilancia epidemiológica activa: monitoreo constante para detectar brotes y patrones de enfermedad.
Optimización de la adherencia a la vacunación: fortalecer la respuesta comunitaria frente a la neumonía, transformando la morbilidad de una crisis constante a un desafío manejable.
Además, la detección temprana y el manejo especializado son fundamentales para mejorar el pronóstico y disminuir complicaciones. Se recomienda acudir a evaluación profesional ante síntomas respiratorios que sugieran neumonía.

Dra. Magdelyne Ceballos de Ocumarez
Neumóloga-Internista


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